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Los “fue que”.

Diariamente, se presentan los resultados de innumerables investigaciones, relacionadas con la elaboración de contratos de construcción de infraestructura, “sin el debido cumplimiento de los requisitos legales exigidos”, lo que causa las sanciones a que den lugar.


Esto, entre otras cosas relacionadas con la corrupción, el clientelismo, el nepotismo y la falta de ética, se ha desarrollado gracias a las “oportunidades” nefastas que ofrecen los Convenios Interadministrativos, las Alianzas Público Privadas y las Declaratorias de Emergencias, con la “colaboración” laxa y paquidérmicamente lenta de los entes de control, muchas veces infiltrada por la corrupción. Es así que se originan los innumerables “elefantes blancos”, y las obras con calidad lejana de las condiciones que demandan la Eficacia y la Eficiencia.


Pero, la causa única no está en el proceso de la contratación sin el cumplimiento previo de los requisitos exigidos, sino que, aunque se cumplan rigurosamente tales exigencias, surgen durante el desarrollo de los contratos muy numerosos “fue que”, que originan a los llamados “otrosí”, que, a la larga, resultan con el alargamiento de los plazos y el desfase de los presupuestos.


Se entiende que “Otrosí” significa según la RAE de la lengua: “Además”, y, en el tema de que se trata, es “una enmienda o modificación de un contrato”. También, conviene agregar que suelen surgir los “Ya que”, sobre los cuales se tratará en otro escrito.

Como muestra, con base en la información periodística local, se trae a colación una obra cuya magnitud es relativamente pequeña, pero que bien sirve para presentar la ocurrencia del problema.


En un municipio del sur del Valle de Aburrá, se trataba de la restauración de la Casa Consistorial que incluía la demolición del antiguo centro de salud aledaño, para construir un teatro. En resumen, se buscaba la “recuperación de la gloria de la Casa Consistorial”, y, para el efecto, se formalizó un contrato interadministrativo con una entidad de otro municipio. 


Era entonces, una obra relativamente pequeña en medio de construcciones antiguas. Desde un principio “por temas de tiempos, la obra ya venía cojeando” y entonces aparecieron los “fue que”. El primer “fue que” originario del respectivo “otrosí”, se debió a que: “no tuvieron en cuenta que las viviendas vecinas no contaban con bases fuertes que cimentarán la construcción…”. Y lo más curioso, es que llegaron a afirmar que “Este asunto era difícil de prever” (¿?). Esto implica deficiencia en los términos de referencia que, por lo menos, exigen a los contratistas potenciales, las tales visitas al sitio de la obra.


La obra fue pactada para ser desarrollada en un relativamente corto plazo y, sin embargo, “otra pata que le salió al cojo”, fue que “la empresa que se subcontrató para hacer las pilas, abandonó el proyecto a raíz del encarecimiento de precios que se habían pactado”. Otra (¿?).


Después, aparecieron otros “fue que”, como “la falta de andamios laterales, pues el proveedor quedó mal”. También “se sumó la larga espera para conseguir los equipos electrónicos del teatro”. Más adelante, se habla de “cierres de vías que afectaron la llegada de materiales y otros elementos al frente de obras, incluyendo la realización de eventos como la carrera ciclística, las instalaciones de tarimas en las fiestas y la visita del expresidente Álvaro Uribe”. Y sigue otra (¿?) Después, se habla de rediseños ocasionados por la mala estimación de los pesos de las tramoyas y equipos para el teatro, y así sucesivamente, para concluir que “El teatro de la Casa Consistorial

sigue con el telón abajo”.


Todos estos “fue que” demuestran, en primera instancia, la falta de estudios suficientes, deficientes diseños, términos de referencia y especificaciones inadecuadas. A todo esto, también es preciso cuestionar a la interventoría que supuestamente debió estudiar previamente los diseños, los términos de referencia y el mismo contrato.


Pero lo más preocupante es que la aparición, muchas veces sin el soporte adecuado, de los “Otrosí” en los contratos, “se ha vuelto paisaje”, y no es de extrañar. Por ejemplo también, recientemente se informó lo siguiente: “Contraloría halló 43 obras enredadas (incluyendo agua potable y saneamiento básico) por $128.000 millones en Antioquia”, debido, entre otras cosas, a “inconvenientes en la ejecución de los proyectos, por deficiencias en su estructuración y aspectos

importantes en el proceso de planeación”.


¡Casi nada!

Y ¡mucho ojo! También se ha informado simultáneamente por el mismo medio periodístico, que: “2.1 billones de pesos suman los hallazgos con incidencia fiscal entre 2023 y 2025 en todo el país”. Así las cosas, a los numerosos inconvenientes que se presentan para la formalización de los contratos relacionados con las obras de infraestructura, que supuestamente son superados de alguna forma, le aparecen durante su desarrollo. los “fue que”, o sea las disculpas, que originan, muchas veces sin la justificación suficiente, los “otrosí” que aumentan los presupuestos y alargan

los plazos.

Tomás Castrillón Oberndorfer

en Blog
Los “fue que”.
Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos - SAI 21 de julio de 2025
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