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Res non verba: Las arcas están vacías

Por: Ingeniero Civil, Tomás Castrillón Oberndorfer


Como era de esperarse, gracias a la “gestión” del actual gobierno nacional, el contenido del erario público está como las “mangas de un chaleco” al decir de Marañas, como consecuencia del “saqueo” a que fue sometido.

Se olvidaron, los innumerables poseedores de gran cantidad de cartones de titulación de dudosa procedencia, de las enseñanzas de la aritmética elemental como se estudiaba a mediados del siglo pasado.

Era clásico el ejercicio del llenado de un recipiente para almacenamiento de agua: Si la cantidad de agua que entraba era mayor que la que salía, el tanque se llenaba en un tiempo que dependía de la diferencia entre ambas cantidades y viceversa.

El actual gobierno “desaguó” en forma desaforada, al erario público, representado por el recipiente mencionado y, en muy corto tiempo, dos años, lo vació. Basta recordar que en programas como el de “Jóvenes en Paz”, la tal iniciativa de pagarles a 1723 jóvenes hasta un millón de pesos “por no matar”, como ha trascendido. En esa “gracia”, se han ido 3105 millones de pesos. Y así por el estilo, están otras actuaciones de instituciones nacionales como el Ministerio de la Igualdad, con visitas principescas, el Min Deportes, con la inefable atleta olímpica, la Agencia Nacional de Tierras y la Cancillería, para no entrar a elaborar una muy larga lista de instituciones estatales que contribuyeron muy eficientemente al “saqueo” ya mencionado.

Entonces, es claro que, el gobierno tiene que salir a trata de reponer, “a como dé lugar”, el contenido del arca que vació y surgen medidas extremas como la de proceder al chantaje de la comunidad. Esta táctica, muy recurrida por los grupos que operan fuera de la ley, es una de las que caracterizó la campaña del movimiento que hoy ocupa la primera magistratura, el M-19 que hoy llaman Pacto Histórico, o Colombia Humana, o lo que sea. En pocas palabras: “Son expertos en eso del chantaje”.

Chantaje o extorsión es, según la RAE: “Presión que se ejerce sobre alguien MEDIANTE AMENAZAS para obligarlo a actuar de determinada manera y OBTENER ASÍ dinero u otro beneficio”.

La reafirmación del aserto se resume en un titular reciente que reza: “Ya no habrá Inversiones forzosas”, gracias al acuerdo entre el chantajista (el gobierno) y las víctimas (los ahorradores). En este caso se trataba de la bicoca de 55 billones de pesos.

Ahora, se ciernen nuevos chantajes como el de la presentación del gobierno de un proyecto de ley de Jurisdicción Agraria, denominado como la “expropiación express” con justificaciones abiertamente comunistas, como la de que “la concentración improductiva ociosa de las tierras es contraria a la utilidad pública y al interés social”. Y, además, estas dos características: La utilidad pública y el interés social “son las que permiten viabilizar la expropiación de terrenos”.  Y así por el estilo.

Y ¿Qué son entonces?, si no lo son, los chantajes descarados, o sea las repetidas amenazas del mandatario, al convocar a nuevos desafueros denominados “estallidos sociales”, en defensa contra los presuntos “golpes blandos” que buscan su merecida destitución fulminante.

Ahora, ha surgido otro “gran chantaje”, consistente en que: ante la eventual dejación del cargo del presidente debido a los desafueros cometidos durante sus campañas electorales, se propone dejar caducar el proceso para que el mandatario termine su periodo, porque, si no, “INCENDIA AL PAÍS”.

Nada de esto es de extrañar, como tampoco lo es que mientras se desarrollan sucesos como la quema de buses en Antioquia y la comunidad pregunta por el responsable directo del orden público, quien, además  del presidente, es el ministro del interior, se obtiene la respuesta que este se encuentra desempeñándose  en  lo que mejor hace , o sea, repartir mermelada para agilizar los debates y el trámite legislativo de las propuesta de “cambio” del gobierno, como lo hizo con el “fast track”, durante su gestión en el segundo mandato del innombrable expresidente del Nóbel.

Es necesario también, considerar la pléyade de áulicos del presidente, como el director de la RTVC, portador de un gran prontuario de acoso (¿otra forma del cambio?) a sus empleados, quien tampoco “se fija en gastos” para organizar los cuadros de propaganda del “petrismo”, teniendo en la mira las futuras elecciones, constituyendo así, otra clara manera de seguir escurriendo al erario público.

Para que no desaparezca la nación, llegó la hora para que la contraparte se una y le imponga al comunismo del Pacto Histórico un verdadero ¡VADE RETRO!

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